Pues de esta manera poco optimista comienza esta película extraña, intimista y a la vez un poco surrealista.
Presentada en su cartel cinematográfico como “el equivalente tailandés de Lost in Translation” éste es un film que combina perfectamente el ritmo pausado de sus escenas con silencios y música sin sobresaltos.
Su fotografía es de tal calidad artística que muchas de sus escenas parecen postales. No es de extrañar tal belleza cuando su autor es Christopher Doyle y están acompañadas de una manera magistral por una música serena, hermosa y envolvente.
El balance de la primera media hora del film es que hasta este momento sólo es una película estéticamente bonita y elegante. Con ausencia de diálogos, poca acción y mucha observación. Imágenes pausadas, planos cortos… y una gran atmósfera envolvente con pinceladas tristes y decadentes.
La película cuenta la historia de dos solitarios que se encuentran en el mundo. Por un lado, tenemos a un bibliotecario japonés llamado Kenji (Tadanobu Asano), persona muy solitaria y obsesionada con el orden. Me encanta cómo describen este personaje en algún lugar virtual como un personaje en el que “su única diversión consiste en ver pasar sus vacíos días, intentando suicidarse y morir en Bangkok.”. Qué gran frase, resume perfectamente la personalidad de Kenkji.
Por otro lado tenemos a Noi (Sinitta Boonyasak). Noi es lo opuesto de Kenji. Princesa de un océano gobernado por el desorden, el desbarajuste… Noi es la encarnación del caos. Reina de la anarquía y de un mundo creado por ella donde no existe regla o ley alguna que la imponga su forma de vivir. Y encuentra a Kunch… y se queda con su orden
Kenji, perfeccionista y fiel cumplidor de reglas, normas y pautas de conducta, encuentra a Noi... y se enamora de su desorden y caos existencial.
Por otro lado tenemos a Noi (Sinitta Boonyasak). Noi es lo opuesto de Kenji. Princesa de un océano gobernado por el desorden, el desbarajuste… Noi es la encarnación del caos. Reina de la anarquía y de un mundo creado por ella donde no existe regla o ley alguna que la imponga su forma de vivir. Y encuentra a Kunch… y se queda con su orden
Kenji, perfeccionista y fiel cumplidor de reglas, normas y pautas de conducta, encuentra a Noi... y se enamora de su desorden y caos existencial.
La vida de estos dos solitarios experimenta un giro radical cuando se conocen de manera accidental por la sucesión de un hecho (que por supuesto no piense desvelaros cuál) pero que sí os adelanto que es un hecho que está dotado de escasa dosis de romanticismo pero que sin embargo sirve para que cupido realice su trabajo y consiga unir a dos almas que andaban sin rumbo alguno por el mundo.
“La lagartija se despierta y se da cuenta que ella es la única lagartija que queda con vida. Su familia y sus amigos han muerto. Todos han desparecido. Los que no le gustaban, los que le incordiaban en la escuela… Todos han desaparecido. La única lagartija está completamente sola. Echa de menos a su familia y a sus amigos. Incluso a sus enemigos. Es mejor estar con sus enemigos que estar sólo. Eso es lo que pensó. Mirando la última puesta de sol, la última lagartija piensa: ¿Qué sentido tiene vivir si no tienes a otra lagartija con la que poder hablar?... Pero incluso ese pensamiento no significa nada cuando… eres la última que queda”
Como suele decirse, Dios aprieta pero no ahoga, y estas almas errantes que merodeaban por el universo erramte... estaban al límite del fin de su existencia. Ya no veían luz ni salida alguna. Y este hecho servirá para que ambos encuentren de nuevo la luz que vuelva a iluminar sus apagadas y decaídas existencias.
Kenji y Noi, Noi y Kenji son el orden y el caos, el caos y el orden. La perfección y el desorden. Blanco y negro. Negro y blanco. La luz y la oscuridad. Lo tenebroso y la centella.
Así de caprichoso e inexplicable es a veces el amor. Dos personalidades y caracteres totalmente contrarios y opuestos (+ -) que sien embargo, se atraen... y se complementan.
Tailandia y Japón en pura sintonía… A pesar de hablar dos lenguas diferentes, les bastan sus miradas y acciones para comunicarse... bajo la sombra del inglés.
"Esto es bonito"
"Sí… Estás triste?
"Todo el mundo está triste"
La película en líneas generales está bien. Es original y bonita. Quizás en ciertos momentos puede dar la sensación de ser algo lenta. No obstante éste no es un cine dirigido para grandes públicos. “Un romance inusual, turbulento y apenas tópico que se desarrolla con el calmado transcurrir de sus escenas poéticas, que se juntan levemente para componer una historia austera, sincera, no efectista, original, extraña. Será especialmente apreciada por todos aquellos que encuentren en ella experiencias y emociones conocidas, aunque en un ambiente y situaciones exóticamente fuera de lo ordinario… Abstenerse detractores de la no-acción y amantes de la racionalidad omnipresente” dice una de las críticas que me he encontrado por el espacio virtual.
La película, dirigida por Pen-Ek Ratanaruang con ritmo lento y pausado en su inicio, va ganando y adquiriendo fuerza a medida que va avanzando su trama nostálgica. En el fondo, estamos ante un drama trágico-romántico con toques de pesimismo y decadencia.
La película, obtuvo muy buenas críticas internacionales cuando se estrenó, allá por el año 2003. He escogido las dos siguientes:
The New York Times "Un relato de ambiente nostálgico cuyo tono contemplativo estalla a ratos con irrupciones de violencia. (...) Puede parecer frustrantemente evasiva a ratos, pero es una película que merece la pena y que se disfruta contemplándola"
Variety "La película despliega una personalidad distintiva, un peculiar sentido del humor y un elegante estilo visual"
Aunque también me he encontrado con alguna crítica con menos pasión hacia el film... :
Filmaffinity “Tras unos primeros cinco minutos magistrales, Pen-Ek Ratanaruang, me da en las narices con una historia inconexa, extraña y difícil de digerir. Toca temas de esos que tildamos en llamar universales como la soledad, el significado de la vida o la muerte. Y lo hace desde el prisma en el que los silencios hablan y las balas hacen callar”
Lo cierto, es que Vidas Truncadas contiene escenas metafóricamente muy bellas como es la que tiene lugar cuando Noi ordena su casa… En ella, todos los objetos sobrevuelan sobre su cabeza cual planetas fueran, a una velocidad calmada, a un ritmo relantizado… Los objetos quedan suspendidos en el Universo de Noi.
Ésta y otras escenas recuerdan en cierto modo (guardando las distancias, por supuesto) a Lost in Translation, como es en la que Noi y Kunch salen por la noche a divertirse. De fondo, una música intimista... muy al estilo "Lost".
¿Por qué se la compara con Lost in Translation? Pues en mi opinión porque este drama romántico, coproducido entre Tailandia y Japón, está protagonizada por dos personajes solitarios que se encuentran, como así ocurría en la película magistral (más bien obra maestra) dirigida por la gran Sofía Coppola.
"¿Volveremos a vernos?"
"... sí"
"¿Cuando?"
"… algún día"
Y vosotros… ¿os vais a atrever a verla algún día?
Aunque también me he encontrado con alguna crítica con menos pasión hacia el film... :
Filmaffinity “Tras unos primeros cinco minutos magistrales, Pen-Ek Ratanaruang, me da en las narices con una historia inconexa, extraña y difícil de digerir. Toca temas de esos que tildamos en llamar universales como la soledad, el significado de la vida o la muerte. Y lo hace desde el prisma en el que los silencios hablan y las balas hacen callar”
Lo cierto, es que Vidas Truncadas contiene escenas metafóricamente muy bellas como es la que tiene lugar cuando Noi ordena su casa… En ella, todos los objetos sobrevuelan sobre su cabeza cual planetas fueran, a una velocidad calmada, a un ritmo relantizado… Los objetos quedan suspendidos en el Universo de Noi.
Ésta y otras escenas recuerdan en cierto modo (guardando las distancias, por supuesto) a Lost in Translation, como es en la que Noi y Kunch salen por la noche a divertirse. De fondo, una música intimista... muy al estilo "Lost".
¿Por qué se la compara con Lost in Translation? Pues en mi opinión porque este drama romántico, coproducido entre Tailandia y Japón, está protagonizada por dos personajes solitarios que se encuentran, como así ocurría en la película magistral (más bien obra maestra) dirigida por la gran Sofía Coppola.
"¿Volveremos a vernos?"
"... sí"
"¿Cuando?"
"… algún día"
Y vosotros… ¿os vais a atrever a verla algún día?