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miércoles, 23 de enero de 2008

LAS VÍRGENES SUICIDAS (de Sofia Coppola)

Como admirador incondicional que soy de Sofia Coppola, he vuelto a revisar su primera película para disfrutar con más atención de los detalles que me perdí la primera vez que la vi.

No es una película “para gustar a todo el mundo”, sólo para quién quiera descubrirla sin apresuramiento alguno. Estamos ante una historia triste, sombría y melancólica. Muy arriesgada de rodar, con poca acción, escasos diálogos y muchas imágenes que transmiten por sí solas, sin necesidad de las palabras. Todo ello acompañado de una fotografía, música y puesta en escena…de cine.

Ambientada en los años 70, trata magistralmente el mundo complejo de cinco hermanas adolescentes, las hermanas Lisbon. Sus primeros amores, sus alegrías, sus tristezas, sus preocupaciones, sus inquietudes... todo ello amparado bajo la sombra alargada de una educación tradicional y caduca de sus progenitores (James Woods, un profesor de instituto y su estricta y religiosa mujer, Kathleen Turner).

El suicidio al comienzo de la película de la más joven de las hermanas (Celia), provoca en los chicos del vecindario, una gran fascinación y admiración hacia las otras cuatro misteriosas hermanas. Esta curiosidad por indagar y saber más de ellas, se traduce en situaciones llenas de sensibilidad y dulzura.

Aunque en el trasfondo hay una historia de adolescentes teñida de tristeza y tragedia, esto no es impedimento para destacar de ella escenas llenas de belleza con mucho encanto, delicadeza y seducción.

Por ejemplo, una de ellas sucede en una fiesta que se organiza en la casa de los Lisbon (en presencia y vigilancia de sus padres, por supuesto) y acuden como invitados cinco chavales del barrio, con edades similares a las de las cinco hijas de los Lisbon. Uno de estos chicos, con cierta gracia chulesca y acento italiano, se acerca a la madre (Kathleen Turner) para preguntarla qué ingredientes contiene el cocktail que está sirviendo. Ésta con asombro y educación le explica los ingredientes y el chaval con mirada seductora la mira y la dice “¿Sabes que me encanta la piña?”...y la madre, que no daba crédito a esta situación (que en presencia de sus cinco hijas guapas…la estuviera seduciendo precisamente a ella!!), le contesta sorprendida “¿de veras?"... (Contándolo así no tiene magia...pero os aseguro que esta escena tiene mucho encantamiento!!).

De la misma manera, el cómo se nos presenta al personaje del “guaperas” de Trip (Josh Hartnett), no tiene precio. Trip es un chaval adolescente que, gracias a sus atributos naturales, rompe el corazón de todas las chicas del instituto. El de todas… menos el de Lux Lisbon (Kirsten Dunst). Lux, es la única que se le resiste, y claro, se enamora locamente de ella. La conquista de Trip por conseguir el amor de la seductora Lux, es de las partes más divertidas de la película. Si quiere tener alguna posibilidad con ella, tiene que ser a base de conquistar primero a sus padres y así ganarse de ellos su aprobación. Es muy gracioso ver cómo se pasa Trip varias tardes en la casa de los Lisbon, viendo con ellos documentales sobre animales y calladito... ¡sin mediar palabra alguna! Es la inocencia pura y dura. Enamoramiento adolescente en su vertiente más ingenua. ¿Quién no ha hecho algo similar por amor siendo adolescente?

Por último, os quiero comentar una escena con mucho encanto que sucede en la parte final de la película. En pleno encierro de las hermanas Lisbon acatando un duro castigo de sus padres, los chavales del vecindario, intensifican su encaprichamiento adolescente hacia ellas y hacen todo lo posible para no perder la comunicación con ellas ¿y qué es lo que idean para transmitirlas lo que sienten por ellas sin mediar palabras?…establecen una comunicación telefónica mediante letras de las canciones (pinchando vinilos en el tocadiscos cada vez que descolgaban el teléfono). Romanticismo y amor juvenil, en su estado más puro.

Con estas pinceladas, mi intención era transmitiros la atmósfera que se respira en la película. No obstante, os dejo con un texto que aparece en la carátula del dvd y que refleja perfectamente la esencia de la película:

Las Vírgenes Suicidas es un retrato único del final de la inocencia, recordando esos tiempos míticos en la vida de cada persona cuando el corazón empieza a conocer el éxtasis y el tormento del deseo”

¿Os apetece verla?