
Y sigo sin saber el motivo de por qué se me hizo larga y algo "pesada" pero lo cierto es que esta película pierde interés e intensidad por algún lado.
Es posible que se eche de menos más fuerza interpretativa en algunos de sus personajes. O que a lo mejor algunas de sus escenas deberían haber ido acompañadas de una mayor acción y ritmo, es posible. No lo sé, pero por algún lado se desinfla el film y según va avanzando la película, más evidente es esta sensación.
Ahora bien, dicho esto, es justo RECONOCER a Oliver Twist que es una película agradable de ver y estéticamente muy bella (su ambientación me recordó a la de El Perfume, con calles humildes, grises, llenas de pobreza y miserias). No obstante, está dirigida por una de las personas que más saben de este oficio, Román Polanski.
De igual manera hay que reconocerla también que sus interpretaciones principales son buenas y están contenidas de sinceridad. Todas las interpretaciones de los niños son excelentes, llenas de transparencia y credibilidad. Entre ellos, destaca la del niño Artful Dodger, interpretado por Harry Eden, que ya demostró en la película Pure que su forma de afrontar sus papeles se asemeja más a la de un actor adulto y consagrado que a la de un niño. En mi entrada sobre la película Pure, ya comenté que es tal su solidez interpretativa en escena que su presencia me recuerda a Harvey Keitel (incluso físicamente)… y eso que estamos hablando de un niño!
Por otro lado el niño encargado de dar vida al papel de Oliver Twist es Barney Clark, que tiene una interpretación más discreta y humilde, pero impregnada con una gran dosis de naturalidad e inocencia.
Pero quién destaca sobre todos es la excelente interpretación que nos regala Ben Kingsley, con la fuerza y credibilidad de la que ya nos tiene acostumbrados en muchos de sus personajes que ha dado vida en su dilatada carrera cinematográfica. En esta ocasión, cambia tan radicalmente de registro que cuesta esfuerzo reconocerle detrás del personaje de Fagin, un viejo humilde y picaresco lleno de odio y ternura al mismo tiempo. Pero bajo esta espectacular caracterización se esconde todo un actor talentoso que nos deleitó con papeles magistrales en películas como en Gandhi, La lista de Schindler o la más reciente Casa de arena y niebla.
En Oliver Twist, el personaje de Ben Kingsley transmite rechazo a la vez que compasión. Es curioso observar lo que ocurre con este personaje. Tan pronto saca a relucir su enajenación y odio como un volcán en erupción como tan pronto pasa la tormenta y saca a relucir sus artes llenas de ternura y misterio hacia sus “chicos”.
Hay una escena al final del film, en la que Fagin (Ben Kingsley), encerrado en una oscura y desamparada celda, es visitado por Oliver Twist (Barney Clark) y Fagin le formula la siguiente interesante pregunta:
“Oliver, ¿Sabes cual es el pecado más grave del ser humano?”
“...la ingratitud”
Y si lo pensáis bien, puede que no le falte razón.
No sé, ya os digo, Oliver Twist tiene todos los ingredientes para ser una buena película, pero a mí… me aburrió. Algo falla en ella. No sé si vosotros la habéis visto o no… pero cuando la veáis, ya me diréis qué os pareció y si os ocurrió lo mismo que a mí... o no. Ya me contaréis.