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miércoles, 9 de abril de 2008

DÍAS DE CINE (de David Serrano)

Es una película que, en líneas generales, no se la puede catalogar como “buena película” (al menos a mí no me ha entusiasmado) aunque reconozco que tiene momentos curiosos de ver y que hay en ella una buena voluntad de entretener… pero en mi opinión falla la realización en su conjunto.

La historia se centra en el año 1977, a comienzos de la Transición Española. Son tiempos en los que se vuelve a recuperar tímidamente la libertad. Años en los que la censura en el cine comienza a desaparecer, tiempos inciertos e indefinidos para la cultura. Cinematográficamente las cosas no estaban nada claras, había mucha confusión, poca creación artística y mucho deseo de recuperar “de golpe” el tiempo perdido y la libertad de expresión privada durante los años anteriores. ¿Resultado?... producción de películas de poca o nula calidad.

Y esta película habla de todo esa época incierta y confusa para la cultura donde se sucedieron hechos tan importantes para el futuro de la libertad artística como fue el fin de la censura. Comenzaba un periodo de creación cinematográfica donde lo prioritario era entretener al público más allá de realizar un producto de calidad.

Es la época del destape y de la producción de películas con guiones vacíos donde las buenas historias brillaban por su ausencia. Primaba el entretenimiento, las risas, lo absurdo… y esta película es un homenaje a toda esa época caracterizada sobre todo por la realización de un cine con poca calidad artística pero que gozó de éxito en su momento y que con posterioridad ha obtenido un reconocimiento en la historia del cine español.

La película cuenta con un buen comienzo y tiene una primera hora original, llena de buenas intenciones, donde logra entretener y captar la atención del espectador… Pero según va avanzando la película, el guión comienza a fallar por todos los lados y la historia se sumerge en un caos cinematográfico, perdiendo interés e intensidad y alcanzando cuotas que rozan el hastío.

Como os cuento, Días de cine, en líneas generales, no me gustó porque tiene ciertas carencias que la convierten en una película aburrida y “sin gancho” pero también os digo que, aunque sólo sea por revivir aquellos años en los que moría la censura y nacía de nuevo la libertad de expresión cultural, pues merece la pena verla.

Aún así, Días de cine, cuenta con momentos interesantes, con un buen reparto de actores y con excelentes interpretaciones.

Destacaría en primer lugar a un Alberto San Juan que borda su papel de Federico Solá, un director novel lleno de entusiasmo y con una idea muy clara: la de rodar una película de denuncia social. Pero según va avanzando la película ve cómo se va derrumbando esa idea tan sólida que defendía y esto le va minando su carácter y personalidad. Va perdiendo la ingenuidad y el entusiasmo que le caracterizaban. Alberto San Juan, una vez más, da vida a un personaje de una manera tan natural y creíble como él sólo sabe hacerlo. Personaje que interpreta, personaje que te crees desde el primer instante. Muy buen actor adiestrado en las complicadas tablas del teatro (con Animalario) y premiado con el Goya 2008 por su excelente interpretación en Bajo las Estrellas junto a la gran… ¡grandísima actriz Emma Suárez! (bueno, creo que casi no se me ha notado que soy admirador de Emma Suárez).

“¡En mi película no canta ni Dios!”

Una interpretación femenina de gran talento es la que nos brinda Nathalie Poza personificando a una actriz llamada Silvia Conde, antigua niña prodigio del cine español (al estilo Marisol) y que con posteridad continúo disfrutando de la gloria como folclórica famosa en tiempos del franquismo… pero que no atraviesa por uno de sus mejores momentos. Es una folclórica venida a menos. Muy buena interpretación la de Natalie Poza en la que se entremezclan registros llenos de entusiasmo y alegría junto con otros de intensa tristeza y llanto. Su personaje está en continua fusión de sentimientos y altibajos.

Doce cascabeles lleva mi caballo… Por la carretera…”

El film tiene otros personajes secundarios más esperpénticos como son el de Benito Magallanes (Javier Gutiérrez), con vocación de actor pero con escaso talento para ello y que goza de una escena inicial muy graciosa en su debut cinematográfico donde se traba para decir tan sólo la única frase que requiere su papel, Mañana empezamos la huelga. O el personaje de Marcial Pérez Bustamante, interpretado por Andrés Lima, encarnando a un censor radical de la época franquista con las ideas pocas claras y con una afición “muy anti-censorina”, vamos, la contradicción en persona.

Pero la mejor interpretación de la película viene de la mano del genial Miguel Rellán, uno de los mejores actores que goza el actual panorama del cine español. Su papel es una lección interpretativa de principio a fin. Encarna a un productor jeta, mentiroso y caradura que vivió momentos de gloria pero que, como le ocurre al resto de personajes de la película, no pasa por sus mejores momentos. Vive de sus años dorados del pasado (en los que produjo más de 40 películas) y esto le permite tener ciertas exigencias hacia Federico Solá, su Director novato. Es genial cómo va convenciendo a cada una de las personas que necesita para que la película llegue a buen puerto (capaz de vender a su madre si hiciera falta… con tal de conseguir su objetivo). Su interpretación, sin duda es lo mejor de la película.

Como podéis ver, es una película que cuenta con buenos actores e interpretaciones y con un extenso plantel de actores secundarios como son, entre otros, Roberto Álamo, Malena Alterio, Diego Martín, Luis Bermejo o Fernando Tejero, dando vida a Fino, el manager-asesor de imagen que cuida de Silvia Conde con una interpretación simpática pero llena de fuerza y de carácter.

Días de cine está dirigida por David Serrano (del cual, buscando información me topé con su blog) y ésta es su segunda experiencia detrás de las cámaras después de hacernos reír con la comedia Días de fútbol.

Esta película no deja de ser una historia sobre perdedores… perdones pero a la vez de grandes luchadores que intentan sobrevivir en años de escasa actividad económica. Son personajes llenos de orgullo propio, convencidos de que se valen y bastan por sí solos… aunque la realidad les demuestra lo contrario. Se necesitan los unos a los otros si quieren conseguir su sueño. Como reza la sinopsis que aparece en su edición de dvd:

“Todos verán en la película su última oportunidad para engancharse al tren de la fama, para cumplir sus sueños de gloria. Poco o nada les importarán las ideas de los demás… convirtiéndose el rodaje en un caos que se parecerá más al camarote de los Hermanos Marx que a cualquier otra cosa”

De esta época de la Transición Española, ¿alguna película que recordéis especialmente?