
... ¿Bonito comienzo, verdad?... artístico y poético, en la sala de operaciones de un quirófano, una bailarina metafóricamente se transforma en sangre... todo muy hermoso, todo muy bello... y prometedor.
“Saltemos al vacío para recordar el vértigo de otro tiempo. Todavía los sueños eran un latido de vuestro corazón. La seda del aire os acariciaba la piel. Sí arranca el verano y ellos aún piensan que desde ese camino perdido de los ingleses alcanzarán una suma de gloria, piensan que desde allí verán las costas de África, el otro lado del mundo”
Tenía fe ciega puesta en esta película. Esperaba maravillas de ella… y con tanta expectación… la decepción fue mayúscula.
“Ahí va, Miguelito, la leyenda de las ferreterías… sin su riñón derecho. Miguelito Dávila, el niño que supo desafiar a los habitantes del infierno y que ahora llega el monótono infierno de cada día”
Sí, así de bien comenzaba esta película, con una voz grave y toda portentosa de Fran Perea... Lástima es que la película se quedó en eso... en un comienzo bello y en una poéticas interrupciones (y frecuentes) en off de Fran.
La película en su promoción, en su tráiler, en su cartel… desprendía juventud, frescura y muchas ganas de visualizarla… Pero con lo que me he encontrado ha sido con un film de autor personalísimo, que roza el surrealismo y el abismo onírico. Todo un “capricho” que se ha permitido rodar Antonio Banderas por ser quien es y porque él sí se lo puede permitir. Una apuesta caprichosa, personal y valiente la de Antonio… pero con resultado decepcionante.
“Después seguiremos teniendo un otoño lluvioso, amigos del corazón y del tiempo, pero ahora nos toca la recompensa del dulce sol. Aprovechen sus rayos, y como el cielo, amigos del tiempo, abran su pecho a la luz. Es nuestra vida, es nuestro tiempo”
Aplaudo la decisión de Antonio de rodarla en España, en su Málaga natal, y con actores todos ellos producto nacional. Todo esto es muy de agradecer teniendo en cuenta los contactos que Antonio tiene en Hollywood y que ha podido hacer uso de ellos sin mayor problema por su parte… Vamos, que no creo que le hubiera sido muy complicado convencer a alguno de sus amigos “estrellas” para haber contado con ellos y así el plantel de la película hubiera contado con estrellas de renombre…
Pero no, optó por unos jóvenes intérpretes españoles, la mayoría de ellos… prácticamente desconocidos en el panorama cinematográfico… Alberto Amarilla, María Ruiz, Raúl Arévalo, Félix Gómez, Mario Casas… Y esto me parece muy digno de resaltar y aplaudir. Muy valiente la decisión tomada por Antonio.
Lo que parece claro es que El camino de los ingleses, además de estar basada en la novela de Antonio Soler, tiene mucho de autobiográfico de su propio Director, como así lo afirmaba en una entrevista promocional de la película:
«Sí, nosotros logramos atravesar el camino de los Ingleses y hacer realidad nuestros sueños. En realidad el 'camino de los Ingleses' no es la huida de Málaga, sino todo lo anterior; el vacío existencial de querer ser actor en una ciudad donde la actuación era ridícula. Mi familia decía: ¿Este niño está loco! Y me espetaban: 'Tienes que hacer algo de provecho'. Ese es el vértigo que se rompe. Y ahí está uno de los conflictos de la película, muy claro en Luli: ¿hasta qué punto una niña puede venderse para conseguir lo que quiere hacer? Esto es visto por Miguelito como una prostitución. En fin, yo viví aquello, cuando uno trata de llegar temiendo quedarse en un desgraciado. De mí se esperaba que trabajase en un banco, los domingos en el campo en familia y tardes de fútbol; y a Soler le preguntaba un portero 'Antonio, ¿tú qué haces?', y él decía 'soy escritor', y el otro 'ah, vale, pero ¿y qué haces?'. En 'El camino de los Ingleses' hay algo, mucho, sobre la gente que se quedó atrás, que no pudo cumplir sus sueños, a los que la vida les puso zancadillas. Ahora tengo hijos veinteañeros, que están en la mitad de su 'camino de los Ingleses', y se quedaron asombrados ante la película por los puntos de encuentro con su vida».
Antonio Banderas ha querido hacer una recopilación de sus recuerdos, de sus sensaciones, de sus añorados veranos malagueños, pesadillas… Pero no ha sabido reflejarlo con claridad y la película pierde el rumbo, la lógica y se convierte en una paranoia desensaciones… de irracionalidades… y de oníricos sueños:
“Una palabra es un pájaro en mitad de una página. Tú, eres una palabra en medio de una hoja en blanco y puedes volar hasta donde quieras… Vuela, Miguelito, vuela… antes de que la página pase… antes de que caiga la noche”
En la primera media hora del film… el desconcierto es total, no se sabe de qué se nos quiere hablar… si de la amistad, o si de los primeros amores, o si de la rebeldía de la juventud... Lo peor de todo… es que al final de la película… el espectador tampoco lo tiene mucho más claro.
“Habrá un tiempo de lluvia y un tiempo para los olvidados, para los que no supieron cual era su camino. Ojala haya un tiempo para los que hablamos a una botella como si fuese una altar, un micrófono, una pistola apuntándonos al corazón. Para los que le dijimos cosas a la noche. Un tiempo para los malditos, para los desheredados que nunca llegarán a nada. Eso es lo que pedimos, aquí y ahora sin esperar la llegada de los jueces ni de la muerte… aquí y ahora nosotros también esperamos la lluvia en el verano”
Me temo que Antonio Banderas, en su segunda aventura tras la cámara, ha querido emular directamente a maestros de lo irracional como son Buñuel, Berlanga, Bigas Luna… Decisión muy arriesgada la suya para ser sólo su segunda película como director. Su estilo de dirección en el Camino de los ingleses es muy arriesgado y valiente… pero no siempre lo arriesgado y valiente es sinónimo de calidad… Respetable su estilo de dirección en este film… pero… decepcionante resultado final. “El camino de los ingleses apuesta por una narrativa distinta. Quiero arriesgar” decía el propio Antonio en una entrevista promocional.
“Y yo continúo aquí, continúo aquí… sólo, sólo, sólo en toda la madrugada con la flor, la guerra… la flor y la guerra”
La historia que nos cuenta no engancha nada… ni sus personajes, ni sus problemas, ni sus amoríos... Nada de nada.
“Por el camino de los ingleses puede irse al mundo entero, irse quién quiera, ir donde quiera…”
Sueños, escenas eróticas, sexuales, metafóricas... entre imaginaciones y sueños... Escenas ralentizadas, buena fotografía, excelente música pero un caos de historia la que se nos intenta transmitir… en la que nada tiene ni pies ni cabeza... Es una paranoia absoluta de película.
“Llueve. Llueve, y la lluvia nos lleva a lo íntimo, a la mano sobre la mano, al corazón junto al corazón. Los cielos lloran por nosotros, con nosotros, queridos amigos de las ondas y los días”
Bonita escena ésta, bajo la lluvia pero con una estética artificial, buscada para hacerla bonita y cinematográfica sin más... no brotada de una forma natural... Es una película de belleza visual pero de paranoia mental.
“No, nunca, desde ninguna terraza, desde ningún mirador, ni faro ni azotea, vimos las costas de África. Pero allí, detrás del horizonte, siempre intuimos el fulgor de lo desconocido. El reflejo de la vida que, quien sabe, quizás jugando en otra ruleta, habríamos podido alcanzar”
Incluso la voz grave magistral y poderosas en off de Fran Perea que se intrometerá de vez en cuando en la acción de la película… acaba siendo tediosa y pesada porque sus monólogos llegan a ser demasiados largos y “densos” para poder ser seguidos con suma facilidad. Palabras poéticas, versos bonitos… pero que en ocasiones roza la pedantería.
Planos sensuales, eróticos, bellos, coloristas, artísticos… ¿la banda sonora?... preciosa, lo mejor de la película sin duda alguna. Combina música instrumental grandiosa de Antonio Meliveo con canciones como Imagine a Man del grupo The Who que acompañan perfectamente al ritmo armonioso de las imágenes artísticas y coloristas de la mayoría de las escenas del film.
Antonio ha realizado un gran videoclip de hora y media: impecable la fotografía, las imágenes relantizadas, congeladas…
¿Qué me esperaba de El camino de los Ingleses?... Una gran historia sobre la amistad de una pandilla de jóvenes amigos y amigas en un verano caluroso malagueño. Esperaba encontrarme una historia sobre la amistad similar a la que se da en la primera parte de la película Sleepers, o la frescura retratada por Sofía Coppola en Las vírgenes suicidas… Pero esta película muere en el intento de conseguirlo… y no consigue emocionar ni... nada de nada.
La historia podía haber dado para mucho.... Un historia sobre unos amigos, en una época estival, en un lugar del Sur... Unos amigos en plena juventud, en plena rebeldía... Fijaros qué de posibilidades para haber contado una buena historia... Pero no, la película se convierte en un video musical de dos horas con imágenes hermosas en cámara lenta, con mucho colorido entremezcladas con poesía... pero sin lograr transmitir ningún sentimiento ni emoción al espectador.
En el fondo se supone que estamos ante una historia sobre la amistad, una historia sobre el encuentro del primer amor, el descubrimiento del sexo... Una historia sobre los problemas de unos jóvenes con sus familias, con sus parejas… pero el espectador, al final de la película, tiene tal desconcierto y caos existencial de personajes que realmente no sabe lo que ha visto ni lo que le han querido contar...
“Saltemos al vacío para recordar el vértigo de otro tiempo...”
El espectador, en la primera hora del film, no sabe muy bien lo que le están contando… tiene un desconcierto total. Sólo sabe que está metido en un mundo de tal paranoia mental y caos de personajes… del que desea salir de él con la mayor celeridad. Sólo y únicamente una vez concluida la película... el espectador comienza a tener una ligera idea de la historia que su Director ha intentado transmitirle...
“En el centro de nuestras vidas hubo un verano. Un poeta que no escribió ningún verso, una piscina de cuyo trampolín saltaba un enano con ojos de terciopelo y un hombre al que una noche se lo llevaron a las nubes. Los días cayeron sobre nosotros como árboles cansados”
Aunque el protagonista principal es Miguelito Dávila (Alberto Amarilla) y el plantel principal lo componen sus cuatro amigos Luli (María Ruiz), Babirusa (Raúl Arévalo), Paco Frontón (Félix Gómez) y Moratalla (Mario Casas)… sin embargo el espectador no se encariña con ninguno de ellos en particular porque la película no nos presenta a ninguno de ellos con empatía ni de una forma cariñosa… Sólo nos cuentan bocetos de sus vidas, pequeñas pinceladas de la personalidad de cada uno de ellos… sin profundizar en sus almas.
Por un lado tenemos parejas obsesionadas con juegos sexuales atrevidos, por otro lado... personajes con problemas familiares o personajes con pasiones por la danza o por viajar a Londres... pero es lo mismo… da lo mismo... Todos los temas tratados y todos los personajes están en un lienzo sin acabar, sin rematar... Tal vez sea el personaje de Miguelito el que lleva el peso de la historia pero sin timón ni rumbo alguno...
Por otro lado, la película cuenta con actores secundarios de peso (Juan Diego, Victoria Abril, Antonio Garrido....) pero con personajes perdidos en el mundo esperpéntico que reina en el film... Personajes secundarios sin ningún peso ni fuerza argumental que añadan valor a la película.
“¿Sabes que hay otros poetas además de Dante?... para que é existiera fue necesario que existieran antes Virgilio y Cabalgante… y después hubo otros… El mundo ha hecho un largo camino hasta llegar a ti. ¡Qué importa si hubo otros poetas!... lo importante es que tu sabes que existen otros mundos”
Toda una decepción de película sin hilo conductor alguno y sin interés ni gancho alguno... Es una película demasiado personal de su director... Su mundo interior, sus recuerdos, sus vivencias, sus sentimientos más personales y adolescentes... Un homenaje a su Málaga a "su manera". Un capricho personal que se ha podido permitir... Muy respetable pero de poco o nada de interés para el espectador.
La crítica tampoco fue muy benevolente con ella, en la web de La Butaca me encontré, entre otros, éstos interesantes comentarios:
“Un proyecto muy personal que se salda con un resultado ambiguo y extraño. El empaque visual que Antonio Banderas imprime en el filme es uniforme y en ocasiones encantador, pero le falta un fondo coherente.”
“El balance final es el de decepción, quizá una de las mayores en años. No es que nos encontremos ante una cinta fallida pero con aciertos aislados, sino ante una construcción que falla desde sus cimientos”
“El problema radica en cómo decide Banderas trasladar a la pantalla un relato de iniciación en el que se suceden fragmentos oníricos, recuerdos y simples impresiones, optando por un exceso visual que genera un inevitable distanciamiento con lo narrado”
Y navegando un poco más por el mundo virtual… también me topé con éstas otras críticas… un poco más positivas con la película:
Diario ABC “Un trabajo complejo, con cierto tinte intelectual, difícil y arriesgado… Admirable en su intención y desarrollo, pero con claves poéticas que pueden atragantarse al receptor”
“… Pero por la noche el tiempo será mío. Voy a ser el hombre del tiempo. Diré cuando va a llover y cuando va a hacer sol. Anunciaré los vientos. Quién sabe, quizás sea la voz de vuestras vidas. Vosotros seguid, seguid sin rumbo… por estas calles que no llevan a ninguna parte… Camino de los Ingleses”
Que os guste… o no.